Casi todo el mundo tiene un cazo o una cazuela de acero inoxidable en casa y casi siempre los usan únicamente para hervir o calentar alimentos. Pero el acero inoxidable es un material muy versátil en la cocina y, aunque como todo tiene sus desventajas, si escoges un producto de calidad podrás utilizarlo para realizar otros tipos de preparaciones, como guisos y salsas.
Como a nosotros nos gusta ser optimistas y positivos, empezaremos con lo bueno. Daremos por supuesto que estás pensando en adquirir un producto de calidad. En este caso, deberá buscar utensilios de cocina de acero inoxidable de aleación 18/10, es decir, con una aleación formada por un 18% de cromo y un 10% de níquel. Dispondrás así de un producto cuyas principales ventajas son su durabilidad, su resistencia a los ácidos –como el limón o el tomate- y la ausencia de porosidad de su superficie, hecho que evita que se impregne con los sabores y olores de los alimentos cocinados. Tampoco tendrá un peso excesivo, así que será versátil, fácil de manipular y, aunque tiene sus peculiaridades, de fácil mantenimiento.
Y ahora lo malo. Y es que el acero inoxidable es un mal conductor del calor y, a no ser que cuente con un recubrimiento antiadherente en su interior, es fácil que los alimentos se te peguen si no estás removiendo constantemente, cocinas con líquido o añades una buena cantidad de aceite –o grasa animal o vegetal-. Tampoco será apto para inducción a no ser que incluya una base en la parte inferior que active este tipo de placas, pero esta base no contribuirá en nada a mejorar su rendimiento energético.
Pero como para casi todo, afortunadamente existen alternativas y soluciones. Y desafortunadamente para tus bolsillos, como siempre son más caras. En los productos de acero inoxidable de calidad superior se añade una –o varias- láminas interiores de un material altamente conductor –habitualmente aluminio- para mejorar sustancialmente la eficiencia energética de las piezas y, ya de paso, materiales ferríticos en el exterior para que se puedan usar sin problemas en inducción. Y aunque para mejorar la antiadherencia existen varias alternativas, si lo que quieres es que nada se pegue, nosotros somos partidarios del recubrimiento de toda la vida.
Por cierto, si te preguntas qué tipo de acero inoxidable usamos en Castey, la respuesta es “este último” y sin recubrimiento, para que resalten al máximo las prestaciones del acero inoxidable. Sí, es más caro, pero creemos que realmente vale la pena.
En realidad esta frase resumiría perfectamente todas las propiedades, ventajas e inconvenientes de estos utensilios de cocina, tradicionalmente de los más populares del mundo. Podríamos dejarlo aquí, pero como no queremos parecer perezosos, te daremos más detalles.
Empezaremos también por lo bueno. A diferencia del acero inoxidable, la principal ventaja del hierro fundido en utensilios de cocina es su capacidad para distribuir el calor homogéneamente. Aunque tarda mucho en calentarse, una vez calientes los alimentos se cocinan por igual en toda la superficie de cocción. Además, retiene muy bien la temperatura, tanto el frío como el calor. Esto hace que sea perfecto para cocinar a fuego lento, dar a los platos un mejor sabor y mantener la comida caliente hasta el momento de servirla. Y al contrario, las cacerolas pueden introducirse en la nevera, utilizarse para servir platos fríos o calentar los guisos del día anterior –que ya se sabe que al día siguiente están todavía más buenos-. Incluso pueden meterse en el congelador para conservar los alimentos cocinados –siempre que tengas un congelador grande, claro-. Ah, y son aptas para inducción.
Y ahora lo malo. Pesan mucho. Muchísimo. Una cacerola grande de hierro fundido es difícil de mover incluso vacía, así que cuando está llena con el guiso de Navidad para toda la familia puede requerir varias personas para llegar a la mesa. Y son caras. Carísimas. Pero eso sí, son muy resistentes. Y te durarán toda la vida.
De nuevo no existe una respuesta correcta a esta pregunta, así que no podemos dártela. Lo que sí esperamos es haberte proporcionado las herramientas necesarias para que puedas elegir más fácilmente los mejores productos para ti.
La principal ventaja de las cocinas de inducción es que únicamente calientan el utensilio con el que se está cocinando. Esto hace que la cocción por inducción mole mucho: no solo puedes controlar muy bien la temperatura, sino que además las placas son muy seguras, rápidas, ahorran energía y se limpian fácilmente. Pero la magia
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